Amélie Nothomb, con cada una de sus obras, tiene el poder de introducirnos en situaciones extremas de la vida misma. Esta obra no es la excepción. <br/><br/>Lo que podría ser una conversación casual, se torna en el límite de lo que se concibe como percepción porpia. La identidad personal es uno de los ejes que hacen que este libro enriquezca al lector. Quizá no resulte evidente el cómo, pero en cada intervención del diálogo somos invitados a escuchar y rw-pensar nuestra propia posicion ante lo que allí se dice.<br/><br/>Muy buen libro para leer en la sala de espera de un aeropuerto o incluso, durante el vuelo en un viaje de negocios.